¿Crisis matrimonial o extinción del matrimonio?

Dependiendo de su situación personal y de la voluntad de ambos cónyuges, se podrá solicitar al juzgado la declaración de la separación matrimonial o la extinción del matrimonio mediante divorcio.

A diferencia de la ley española, la suiza solamente contempla la posibilidad de instar el divorcio si ambos cónyuges están de acuerdo, o por vía contenciosa si la convivencia ha cesado durante más de dos años de forma ininterrumpida o si se da una causa grave que lo justifique.

En el proceso de separación se deberá acudir a los tribunales solamente si los cónyuges no son capaces de alcanzar un acuerdo, por sí solos o con ayuda de una mediación. No obstante, es altamente recomendable usar los servicios de un abogado para conocer cuáles son sus derechos y obligaciones durante la separación y formalizar la nueva situación de vida separada, especialmente si existen hijos menores en común, y, llegado el caso, solicitar la asistencia de los tribunales.

Para solicitar el divorcio se debe acudir obligatoriamente al juez que le corresponda, ya que solamente éste puede dictar el divorcio, si se dan los requisitos legales para ello. Aun cuando la asistencia de abogado no es obligatoria, ésta puede ser de vital ayuda para salvaguardar sus derechos e informarle de sus obligaciones. El proceso de divorcio es un proceso especial que afecta no sólo a su estado civil y sus relaciones paternofiliales, sino también a su patrimonio, obligaciones económicas presentes y futuras e incluso a su jubilación. Por ello siempre será preferible contar con la asistencia de un profesional a su lado.

Los costes de una separación o divorcio varían notablemente de un cantón a otro, y los honorarios de abogado en función de la duración del proceso y si existe acuerdo o no entre los cónyuges. Para aquellos casos en que la economía familiar o los ingresos personales no se lo permitan, usted o su abogado pueden solicitar la asistencia jurídica gratuita. A diferencia de España, dicha asistencia la puede aprobar el propio juzgado e incluye tanto las tasas judiciales como los honorarios del abogado de su elección. Aunque no necesita ser solicitada previamente es más que recomendable hacerlo al inicio del proceso. Como “inconveniente”, existe la obligación de reembolsar estos importes al juzgado si durante los siguientes 10 años su economía personal mejorase y se lo permitiese.

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